
Soliloquio Patético
Es la llamada era de la luz, donde el comunicar juega su rol relevante, una vía de reflejo, si el espejo es el adecuado, continuar el proceso de crecimiento es una consecuencia natural.
Sentirme bien estableciendo vínculos de amor es una acción inocente por defecto, la encantadora inocencia, es dulce y adorable, trasciende los límites, derriba fronteras, no obedece más que a sus impulsos, encuentra los caminos de pasos alegres respirando dicha y desplegando emoción, es de cada día, cada hora, cada instante, incluye entrega, es algo parecido a una llave, también suele ser exigente, se intranquiliza rápidamente si no reconecto cada vez, no tiene que ver con dependencia aunque no cuestiona la forma que le doy al impulso.
Recordando que la razón es solo una parte me ayudo a encontrar la armonía, no importando me demore en acceder al equilibrio, cuando ocurre, sé que soy parte incluida y que puedo actuar en el hacer para cambiarlo, que puedo darle dirección.
Los conceptos e ideas que decidí estructuran mi vida, suelen desconectarme y el ejercicio de una y otra vez reconectarlo ocupa el vivirme, talvez para entender la noción de libre albedrío, no existe una barrera afuera que no haya incorporado por una de las de mi adentro, así el soltar hace parte del cambio en el camino.
Aprendo cada vez que toda razón y toda palabra vale nada cuando llegas amor, aprendo que cuando me cuesta conectar lo más fundamental es por que de nuevo olvidé, parece extraño eso de olvidar, de nuevo sé que no sé y encuentro esa honestidad conmigo, en la que acepto la existencia de la vida viva y que bueno que llegas amor, has vuelto.
Reverberum
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