
Soliloquio 3
Te llamé sin saber tu nombre y tu presencia me llenó el tiempo antes vacío de ti, no entiendo como pudo ser que ya existías, y ya te sentía, solo que como una parte separada, esperando ser mirada por mí…
Al menos llama la atención conjugar sin el verbo en la mente, me sorprende cada día el que solo la información se incorpore al pensamiento de aquello que solo estuvo en otro plano, oír el llamado del latido a veces oculto, me impresiona por las consecuencias que no quiero, sin embargo, hacen parte del camino sin andar una vez imaginado.
El amor me emociona los días en su contención implícita, sin sombra de duda, de capacidad inigualable, de enunciado eterno.
Reverberum
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